La Rutina, mi hijo y yo...
- Psicóloga Laura Mape
- 14 abr 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 15 abr 2020
La Rutina como elemento clave de la convivencia.

Como habrás podido ver en los últimos días Instagram y Facebook están llenos de publicaciones que te sugieren establecer una rutina para tu hijo. Pero, ¿Por qué tantas personas te sugieren tener una rutina para tu hijo? ¿Acaso tener una rutina no es aburrido y más bien deberíamos salirnos de ella? En este artículo trataré de responder a estas preguntas explicándote cuál es la importancia de las rutinas para los niños (y para los mayores también) y cómo puedes organizar una rutina para tu hijo.
Pues bien, los seres humanos somos individuos de rutinas; un recién nacido pide y se adhiere a una rutina de sueño y alimentación que comienza a darle orden a su vida. Incluso la vida adulta está llena de rutinas (de ejercicio, de cuidado, de trabajo) y es que estas organizan nuestro día indicándonos qué sucederá y cómo debemos actuar. Todo lo anterior ayudándonos a generar un sentido de seguridad.
En los niños funciona exactamente igual, pero con un toque que vuelve las rutinas mucho más necesarias; y es que para un niño (sobre todo si es pequeño) anticipar que sucederá es difícil y básicamente todo puede ser una situación novedosa y los niños suelen temer a lo desconocido (igual que muchos adultos).
Presta atención a los siguientes puntos para entender mejor por qué deberías tener una rutina para tu hijo y sobretodo en tiempos de durante esta cuarentena.
1. Las rutinas brindan al niño seguridad en su entorno pues lo vuelven predecible por lo que el niño comienza a entender lo que sucede a su alrededor y va aprendiendo a responder a cada uno de los eventos del día de la manera en que el adulto espera que lo haga, por tanto, el niño siente que tiene control sobre su entorno y los conflictos disminuyen.
Por ejemplo, es más probable que un niño pequeño que no cuenta con una rutina clara tenga una rabieta porque siente hambre en comparación con un niño que si cuenta con una rutina pues este último, aunque sienta hambre, sabe que a determinada hora recibirá sus alimentos por lo cual no necesita la rabieta para manifestar su necesidad.
2. Las rutinas le enseñan al niño a confiar en sus cuidadores (padres, abuelos, niñeras, etc) y son una oportunidad para construir vínculos y valores dentro de la familia.
Si por ejemplo en la rutina de tu hijo incluyes espacios para compartir como familia tu hijo crecerá entendiendo la importancia que tú le das a la familia.
Puedes incorporar momentos especiales y convertirlos en rituales familiares como leer un cuento por las noches, los niños atesorarán estos momentos especiales y los esperarán con ansias durante su día.
3. Las rutinas favorecen la enseñanza y el aprendizaje de hábitos. Incorpora todos los hábitos que deseas que tu hijo tenga cuando sea mayor en su rutina, con el tiempo y la repetición tu hijo los interiorizará y podrá realizarlos de forma independiente.
Si quieres que tu hijo realice deporte, incluye deportes en su rutina, si quieres que disfrute de la lectura lee con el todo el día.
4. Las rutinas favorecen el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños.
Sentir que su ambiente es seguro y que tienen control sobre este hace que el niño se sienta más seguro de explorar su medio y por tanto tendrá más oportunidades de aprendizaje. Además, que al niño pueda predecir qué sucederá disminuye la probabilidad de que tengan conductas que no queremos como rabietas y pataletas; a la vez que ayuda al niño a ser independiente.
5. Las rutinas pueden ayudarte a proteger a tu hijo en tiempo de cambio y estrés. Como ya hemos dicho las rutinas le brindan estabilidad al niño y por tanto sentimiento de seguridad, mantener la rutina durante etapas de cambio como un divorcio, el nacimiento de un hermano e incluso durante la cuarentena harán que el niño siga sintiendo que tiene control sobre su medio y por tanto que sienta que todo estará bien.
Un factor importante para que las rutinas en casa puedan ser beneficiosas es la flexibilidad.
Sí, las rutinas deben dejar espacio para la espontaneidad y cosas que no estaban contempladas. Por ejemplo, lavarse los dientes puede esperar 5 minutos si el juego esta muy entretenido. Si es sábado y la película aún no se ha acabado podemos correr la hora de ir a dormir un poco.
A demás, debes tener en cuenta que las rutinas deben ser sensibles a las necesidades de los niños a medida que van creciendo. La rutina debe ir cambiando junto con tu hijo, por ejemplo si a los 18 meses tu bebe tomaba una siesta en la mañana pero ahora que tiene 20 meses no quiere tomarla deberás sacar esa siesta de la rutina, de lo contrario podría perder la sensación de control sobre su medio y por el contrario sentirse controlado generando el efecto contrario.
Bueno, ahora ya sabes por qué es importante tener una rutina para tu hijo pero que hacer para crear una rutina:
Enumera los eventos importantes del día como siestas, comidas, deberes escolares, higiene y hora de dormir.
Si no tienes una rutina definida, deberás comenzar por establecer gradualmente horarios de sueño, tanto siestas como hora de dormir por la noche, pues estar bien descansado hará que tu hijo este más dispuesto a otros cambios.
Luego de que ya tengas horarios fijos de sueño puedes comenzar a establecer horas de comidas y de baño.
Ahora podrás ir agregando otros elementos como espacios de juego independiente, espacios en familia, hora para hacer deberes escolares o espacios de lectura.
Puedes integrar esos elementos en tiempos claves, por ejemplo, incluye el espacio de lectura luego de lavarse los dientes o ir al baño y ponerse el pijama para que le ayude a prepararse para dormir.
Se requiere práctica y mucha paciencia. No esperes que la primera semana tu hijo interiorice la rutina y todo funcione de maravilla, es probable que cuando intentes introducir la nueva rutina, tu hijo se niegue o haga un berrinche monumental, pero si te mantienes firme y persistes terminara por ajustarse a su nueva rutina.
Muéstrate entusiasmado ante los nuevos cambios. Por ejemplo, no esperes que el primer día quiera recoger los juguetes porque probablemente se negara, pero si tú te muestras feliz de recogerlos y le muestras que puede ser divertido (mas que un regaño y una obligación) se interesará y con la practica repetida terminara convirtiéndolo en un hábito.
Sé paciente y persiste, instaurar una rutina puede tomar tiempo, pero piensa en los beneficios que trae para ti y para tu hijo…. Y recuerda que si te esfuerzas y lo haces con amor lo harás bien.
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